1983 – 1998. El comienzo.
Nace
un 20 de julio de 1983 en la antigua villa de Sagua la Grande, Cuba. A
pocas casas de donde nació Wifredo Lam, máximo representante
internacional de la pintura cubana. Ese mismo pueblo ha sido la cuna de
decenas de otros grandes artistas cubanos.
Hijo
de Juan Gustavo, ingeniero mecánico especializado en refrigeración, y
de Arnalda (Maité) Sosa, licenciada en enfermería. Ambos padres
descendientes de familias muy humildes y campesinas. Gustavo hijo, o
Gustavito -como le llamaban cariñosamente- desarrolló desde muy pequeño
mostró un especial interés por el dibujo. Su principal entretenimiento
era dibujar con los rotuladores de colores que encontraba ahí donde
fuere. Apenas tenía 5 años y sorprendía su dedicación al dibujo. A esta
edad gana el Primer Premio en un concurso de aficionados a las artes
plásticas. A los 6 años ya pintaba con los restos de pinturas sintéticas
que tenía su padre en el taller mecánico.
Hay
que destacar que por entonces Cuba mantenía estrechos vínculos con la
URSS y la influencia soviética era intensa en la isla. Sus padres habían
viajado en diversas ocasiones a la Unión Soviética de donde habían
traído catálogos de museos y libros de arte ruso. Gustavo Díaz Sosa
recuerda que fueron estos libros su primera toma de contacto con el arte
y su principal motivación. El Hermitage fue el primer nombre de museo
que aprendió.
En
1988 nace Marcos Antonio, su hermano y quien será más adelante su mejor
amigo y un grandioso artista en el que Gustavo se refugia en sus
momentos de crisis, y viceversa.
Por
esta época el niño Gustavito tomaba clases de guitarra con un profesor
particular. Aunque avanzaba no parecía mostrar interés por esta
disciplina. Sin embargo, siempre llevaba consigo un cuaderno de dibujos
en el que intentaba plasmar sus personajes favoritos de televisión.
Tenía entonces siete años.
En
1991 su familia se traslada a La Habana. Afortunadamente sus padres se
percataron de su interés por el arte y no dudaron en apoyarle. Su padre
se acerca a las galerías y ferias de arte preguntando por quién podría
ayudar a desarrollar el talento de su hijo. Conoce entonces a Inti
Abascal, un joven paisajista académico que será su primer profesor de
pintura. Gustavo niño descubre en el estudio de Inti Abascal un mundo
que huele a linaza, óleo, lienzo y aguarrás. Esos olores se quedarán en
su mente como el recuerdo de la primera manzana que comemos de niño.
Visitaba
a su nuevo profesor cada jueves. Tenía entonces 9 años. El país cruzaba
una de sus peores crisis económicas, sin embargo sus padres hacían
"increíbles trucos de magia" para poder comprar en el mercado negro el
material necesario para que su hijo pudiese pintar. Fue en estas fechas
que pintó por primera vez con óleo sobre lienzo. Aún se conservan esas
obras.
Más
adelante comienza a relacionarse con otros pintores que iba conociendo.
Aún era muy niño. Se matricula en las clases de pintura de la Casa de
la Cultura de su localidad, pero notaba, según cuenta, que no era un
sitio donde aprender, sino donde pasar el rato. No le gustaba su nuevo
profesor porque su estilo era knife y el niño Gustavo lo que quería
precisamente era no ser knife. Entonces su padre contrata a quien sería
su mentor más importante antes de La Academia, el pintor Luis Duque.
Duque
es un artista de muy buena reputación y muy conocido por ser quien
prepara a los que se presentarían próximamente a La Academia San
Alejandro. La Academia es el sueño de todo joven que desea ser pintor.
Duque tuteló a Gustavo desde sus 11 años hasta los 15. En este tiempo le
enseñó composición, historia del arte, dibujo del natural, pintura
creativa y perspectiva. Fueron cuatro años de intensísima dedicación y
dura disciplina. Tuvo que renunciar a muchos de los mejores momentos de
la infancia. A sus 12 años realiza su primera exposición personal en la
casa de la cultura de su localidad con sus primeros óleos sobre lienzos.
Dos años después Toni Fernández Seoane, quien entonces fuera director
de la galería Domingo Ravenet, apoya al joven talento y le concede el
privilegio de exponer en sus salas una muestra de su trabajo. A
Gustavito le presentan como un joven precoz lleno de talento.
Tras
varios años de intensa dedicación ingresa en 1998, con apenas 14 años,
en la Academia Nacional de Bellas Artes “San Alejandro”. Una de las
academias de arte más prestigiosas de todo el mundo. A Gustavo le espera
un nuevo comienzo, una nueva vida llena de sorpresas.
1998 – 2002. La Academia.
La
Academia “San Alejandro” es muy famosa porque por ella han pasado todos
los grandes artistas plásticos de la Isla. Sus profesores son
reconocidos plásticos de gran prestigio. Para ingresar debes superar
cuatro pruebas muy rigurosas y las plazas son muy limitadas. El año en
el que ingresó Gustavo aceptaron sólo a 11 alumnos cuando se presentaron
cerca de 150. Ahora se encuentra de repente rodeado de buenos talentos
iguales de jóvenes que él.
El
primer año es el más intenso y más duro. Gustavo tenía un gran dominio
del color y del material, sin embargo le faltaba dominar el dibujo. Hay
que tener en cuenta que la esencia fundamental de las artes plásticas es
el control del dibujo. Sus compañeros llevaban ventaja sobre él, pues
ellos habían estado más tiempo estudiando en escuelas previas
especializadas en arte y pintura. El dominio del dibujo era ahora su
principal objetivo. Sin embargo, su profesora Mirta Santana solía decir
que Gustavo tenía un ángel especial para esta disciplina y siempre apoyó
al joven artista.
Aquí
conoce y entabla amistad con algunos de sus compañeros. Le arrastra la
corriente competitiva y se esfuerza cada vez más por superarse. Una
inmensa biblioteca, la rígida disciplina de la institución y el espíritu
competitivo juegan un papel fundamental en el ahora Gustavo
adolescente. En este tiempo intensifica su dedicación a la pintura y
desarrolla sus técnicas. Labora intensamente en sus proyectos a la vez
que cumple con las tareas docentes encomendadas.
En
ocasiones se quedaba a pasar la noche dentro de la Academia para poder
pintar durante, ya que por el día las tareas escolares le robaban tiempo
de creatividad. Entonces ocupa un aula abandonada donde instala su
primer taller. En este período realiza la serie “Tiempo, entre silencios
pictóricos”, donde la arquitectura y los espacios cerrados eran su tema
principal. Aprovecha todo tipo de material que tenga al alcance, todo
lo que sobra de las clases o haya sido desechado.
En
este tiempo trabaja y explota al máximo su tiempo. Lee mucho y practica
meditación. Se empapa de metafísica, filosofía y escatología, pero
sobre todo pinta. Por estos años realiza varias muestras colectivas.
En
agosto del año 2000 recibe la visita de Fidel Castro en la exposición
“Tiempo, entre silencios pictóricos”, inaugurada en la galería René
Portocarrero del Teatro Nacional de Cuba. La crítica cubana y la prensa
hacen eco de sus logros. Este hecho despertó inmediatamente la atención
de todo el país en la obra del joven pintor. Tenía 17 años y estaba en
su tercer año de estudios.
Durante
este tiempo se involucra en proyectos colectivos, exposiciones y
performances. Conoce y se relaciona con la vanguardia artística de la
Isla. Era el año 2000 y Cuba estaba inmersa en "la masificación de la
cultura", un proyecto dirigido por la Dirección del Gobierno para
ampliar el nivel intelectual del pueblo. Gustavo participa en la
confección de diversos murales junto a los artistas más destacados.
Viaja a Italia donde realiza una exposición en el Primo Liceo Artístico de Turín.
En
el año 2001 es invitado a participar en una exposición colectiva en La
Capilla del Hombre (Ecuador), en homenaje al pintor Oswaldo Guayasamín.
Viaja entonces a Quito junto a otros artistas en representación del arte
cubano.
En
el 2001 ya había realizado cuatro muestras personales y una decena de
colectivas. Sus logros eran publicados en la prensa cubana. El precoz
éxito del joven artista crea polémica a su alrededor y provoca algunas
reacciones en su contra. Ciertos rumores acechaban su carrera. Se
hablaba de favoritismos.
En
2002, su Tesis de Graduación "Si alguno tiene ojos, sienta" fue un gran
éxito, sellaba exitosamente con Título de Oro su paso como alumno por
La Academia Nacional de Bellas Arte "San Alejandro".
Este
mismo año se presenta al Instituto Superior de Arte (ISA) para
continuar su carrera., pero no fué admitido. Algo no iba bien. Gustavo
cae en una crisis que le desarma por dentro.
2002 – 2004. Post-graduado.
Ejerce
ahora como profesor de pintura creativa en la propia Academia "San
Alejandro" y traslada su estudio a un pequeño apartamento en Valle
Grande, un pueblo apartado de la capital. Gustavo comienza su vida como
artista independiente y con un futuro incierto, como el de casi todos
los cubanos. Es por estos años que desarrolla la serie de dibujos en
papel “Historia de dos hermanas gemelas”; inspirada en los atentados del
11 de septiembre a las torres del World Trade Center. También trabaja
para la exposición "Historia de mi trono allá en la tierra" y "La
adoración de los Reyes Magos", dos series que cuestionan la fe y el
poder.
En
el año 2003 se presenta nuevamente a las pruebas de ingreso del
Instituto Superior de Arte (ISA), pero no fue admitido por segunda vez.
Gustavo cae en una crisis provocada por la frustración y otros factores
humanos y políticos.
Gustavo se aísla de todos sus amigos y resto de artistas. Huye de las inauguraciones y de los eventos públicos.
Gustavo
es ahora un artista ermitaño e independiente que se abre paso
silenciosamente entre sus contemporáneos. Produce muchas obras y realice
algunos murales en espacios públicos. Participa en algunos concursos de
mediano interés y le otorgan el Premio de la Revista “Arte Cubano” en
la Bienal de Paisaje de La Habana.
El
mercado del arte en la isla es muy pobre, por no decir inexistente o
imposible. Sin embargo Díaz Sosa había conseguido vender obra desde muy
joven y podía considerarse afortunado por poder al menos financiarse sus
proyectos.
Un
día, inesperadamente, comenzó a construir un mural con chatarras en la
plaza de su barrio. Las autoridades intentaron paralizarlo, pero él
contaba con el apoyo de la comunidad. Finalmente le otorgaron un permiso
especial y siguió adelante con su obra. Hizo un mural de 18 metros de
largo y 4 metros de alto a partir de chatarras recuperadas de un
vertedero de basura. La Asociación Hermanos Saíz (asociación para el
desarrollo de artistas jóvenes) puso todo su apoyo y confianza en esta
obra y colaboró en su producción. La televisión y la radio hacían eco de
lo que sucedía en una localidad perdida a las afueras de la capital.
Una estupenda inauguración popular y un éxito inesperado resurgía el
nombre de Gustavo Díaz Sosa en Cuba. Entonces tenía 20 años.
2004 – 2008. De La Habana a Europa.
Este mismo año, conoce a Emy de
Lema, en representación de EMY/ART y quien había descubierto su obra en
el Club Havana. Emy/Art representa al artista en varias ferias de arte
de España e Irlanda. Se abría una nueva puerta al mercado en Europa.
Entonces se le concede la beca de residencia ARTELEKU por lo que se
traslada a Donostia-San Sebastián, España. Sigue colaborando con Emy/Art
durante un par de años más aunque esta relación profesional se vería
menguada enseguida.
Instala su nuevo taller en
ARTELEKU y trabaja intensamente. Vuelve a sentirse como en los primeros
años de La Academia. Cuenta ahora con las mejores herramientas y otros
recursos que favorecían la producción de su obra y el desarrollo de su
carrera. Conoce a otros artistas internacionales y se involucra con
ellos en proyectos y exposiciones.
Participa en talleres de
litografía, serigrafía, animación, pintura creativa, edición de vídeo y
fotografía. Gana numerosos certámenes de pintura consiguiendo que su
nombre se abra paso entre sus contemporáneos de España. Colabora con el
artista norteamericano Don Herbert. También conoce a Alfredo Bikondoa,
Julián Schnabel, Spencer Tunick, Vuk Jevremovich, Koldobika Jáuregui,
Zumeta, entre otros. Conoce también a Santi Eraso, quien será una
importante influencia para encausar su carrera.
En el 2004 expone en ARTELEKU su obra más reciente. La ocasión le permite el contacto con nuevas galerías de San Sebastián.
En junio de 2006 inaugura "La
última vez que hablé con Dios" en la galería ARTEKO de la propia ciudad.
Edita un catálogo para la ocasión con un texto de Josep Lluis Peris y
su hermano Marcos A. Díaz Sosa. El Diario Vasco y otros medios publican
varios artículos sobre la exposición dejando en buen peldaño el nombre
del artista. Se vende toda la exposición y parte de la obra en depósito.
¡Un rotundo éxito!
En abril de 2007 inaugura "El
eco de los semejantes" en la galería Ángel Romero de Madrid. Para
entonces publica otro catálogo con textos de Fernando Golbano y Marcos
A. Díaz Sosa. Ese mismo verano expone en el Cantro Cultural Can Fondo de
Alcudia, Mallorca. Aquí conoce al artista Vicenc Ochoa, Ñaco Fabré,
Colomar, y al coleccionista y galerista Joan Meliá.
En enero de 2008 inaugura
"Homo VS Sapiens", en la galería Concha de Nazelle de Toulouse, Francia.
Es esta la muestra que le abre las puertas a futuros proyectos en este
país. Conoce al pintor belga Arie Mondaulban y al galerista
norteamericano Duane Gautier, presidente de ARCH y director de Honfleur
Gallery en Washington D.C..
Durante su estancia en San
Sebastián todo marcha de maravillas. La obra de Gustavo se mueve, gusta y
funciona. Viaja por España y el resto de Europa.
Tenía 24 años y todo iba
genial. Gustavo temía tanto éxito. Todo era demasiado perfecto. Se
sentía tan cómodo que en llegó a perder el interés por experimentar y
crear cosas nuevas. Esto le provocó un estancamiento creativo. y
comienzó a dudar de sí mismo.
Entra en una crisis creativa y existencialista.
Entra en una crisis creativa y existencialista.
Gustavo decide dejar ARTELEKU.
Entonces se traslada a Madrid donde vivirá con la fotógrafa Ana
Gutiérrez Rodríguez. Instala su nuevo estudio en un viejo pajar en la
Sierra Norte. Comienza una nueva etapa en su vida personal y
profesional.
2008 - 2010. Madrid (primera etapa).
Su cambio a la Capital resulta
un paso de avance para el joven artista. A sus 25 años rebusca en su
pasado y retoma ideas y temas que había abandonado.
Contaba con un buen respaldo
económico y se atreve a experimentar y pintar lo que desea. Su pintura
sufre un gran cambio que provocaría el asombro de sus seguidores.
Comienza a trabajar con restos de materia orgánica recordándonos al arte
povera, y a la pintura del alemán Anselm Kiefer. Gustavo descansa de
sus grandes masas de personas para adentrarse en insólitos y dramáticos
paisajes. Inmensos formatos donde la materia da color y los cardos secos
dibujan sobre el lienzo. Emplea restos de animales muertos, rastrojos y
ramas secas, tierra, objetos y sobre todo la plasticidad de la propia
pintura. Su nueva obra es intensa, fuerte, dura, pero muy difícil de
comercializar.
En 2008 expone la serie "No
man´s land" en la galería Xanon de Bilbao. La exposición tuvo muy buena
repercusión, sin embargo no se vendió ni una sola pieza. Por primera vez
Gustavo se quedaba sin vender nada durante una exposición. Esto le
afectará económicamente en los próximos meses, pues había invertido
mucho en la producción de estas nuevas obras.
Las galerías con las que
trabaja temen a este fracaso comercial y se niegan a exponer la nueva
obra del artista. Todos elogian sus nuevas pinturas, pero nadie las
expone. La prensa lo compara con Anselm Kiefer, el arte póvera y el
neoimpresionismo alemán. Nuevas dudas hierven en la cabeza del pintor.
Se tropieza con una nueva sensación que no había experimentado hasta
entonces.
En febrero de 2009 participa en
la IV Edición de la Feria ART-MADRID. Es representado por dos galerías y
destaca entre los más jóvenes expuestos. Comienza a recuperarse
económicamente a partir de las ventas de obras anteriores y de pequeños
dibujos había hecho presionado por la situación económica.
Inaugura en el Centro Cultural
del Instituto Cervantes de Toulouse su nueva exposición "Cette Grande
Humanité!". Al mismo tiempo prepara para la galería ARTEKO de San
Sebastián la serie "Katharsis de una Humanidad", una fusión entre la
obra más reciente y su anterior trabajo.
En mayo inaugura en ARTEKO su
segunda muestra. Presenta para la ocasión su nuevo libro con fotos de
Ana Gutiérrez. Un éxito aplastante se huele en la sala durante la
inauguración. Prensa, radio, televisión... Más de 200 personas durante
la inauguración. La obra luce estrepitosamente, sin embargo hubo muy
pocas ventas, todos echaban de menos a sus hombrecitos diminutos en
masas y perdidos en espacios abiertos.
Una nueva crisis le atormenta.
No consigue desprenderse de la obra que le había hecho tan popular. Se
siente encasillado y atrapado.
Este mismo año conoce a Victor
Lope, un joven galerista de Barcelona que se convertirá en su principal
defensor en tierras alemanas. Gustavo comienza a abrirse paso en el
resto de Europa de la mano de esta joven galería catalana.
2010 - 2012. Madrid (segunda etapa)
En 2010 inaugura en la Galería
Alba Cabrera la exposición "De Condenas y Condenados" en la que
presenta sus nuevas esculturas y pinturas de inmensos formatos. La
prensa escribe a su favor y la galería edita un nuevo catálogo con la
obra más reciente de Gustavo. Por primera vez se venden obras de la
serie matérica con huesos y cardos secos. También expone dibujos y
pinturas que intentan fusionar ambos períodos del artista. Otra vez se
vende toda la obra. Un éxito su trayectoria.
Gustavo se recupera económicamente.
Participa en la nueva edición
de ART-MADRID con las galerías Xanon y Alba Cabrera. Gana el premio GO
otorgado por la Galería Anquins y Caixa Penedés. Este premio trae
consigo la realización de dos exposiciones personales en el año 2011 y
la edición de un Nuevo catálogo. También se le otorga el Premio de
Pintura de Gran Formato del Ejército de Tierra 2010.
En julio participa como artista
invitado en el Simposio Internacional de Artista Izlake-Zagorjie,
Eslovenia; donde conoce al artista cubano Alexander Morales. También
conoce a otros artistas internacionales como Rudi Benetik, Dusan
Kastelic, Darko Slavec y Rainier M. Kohler. Participa además en diversas
ferias en Austria, Alemania, España, New York y Portugal.
La galería Honfleur de Washington D.C. representa al artisa en EEUU y en varias ferias en territorio norteamericano.
En 2011 participa en la nueva
edición de ArtMadrid representado por la galería Alba Cabrera con
Graciela Devicenzi. En Alemania es representado por la galería Victor
Lope – Arte Contemporáneo de Barcelona y en EEUU Honfleur Gallery
prepara el terreno para próximos proyectos. Mariam Alcáraz y Alberto
Cornejo, directores de Galería BAT, conocen a Gustavo y coordinan fechas
para una próxima exposición.
Colabora con un proyecto de
animación para la reapertura del Museo de San Telmo, en San Sebastián.
Este proyecto consistió en realizar por varios artistas un corto de
animación para proyectarlo en las salas del museo. Aprovecha la ocasión y
retoma la animación artística para otros proyectos. Para entonces un
amplio dossier de prensa ya acredita la obra del artista.
Este mismo año realiza otras
exposiciones internacionales. Participa en la Feria Internacional de
Arte Contemporáneo de Estrasburgo, Francia. También en Karlsruhe,
Alemania, Lisboa, Santander, Vigo, Valencia, New York, Miami y Austria,
entre otras.
Inaugura “La incertidumbre de
ser” en enero de 2011 en Toulouse con la galería Concha de Nazelle;
donde presenta, además de pinturas, grabados y esculturas. En febrero
del mismo año inaugura “Del otro lado del muro” en la galería Anquin´s
de Tarragona con nuevos grandes formatos. Esta exposición será
fundamental para el futuro de Gustavo Díaz. La colección Emilio Ochoa
& Laura Cañigueral adquiere las dos piezas más importantes de la
muestra.
En marzo volvía a presentar su
nueva obra en el Forum para las Artes de Vilafranca del Penedés, bajo
el patrocinio de Caixa Penedés. Al mismo tiempo presenta su obra en
Washington DC y New York con Honfleur Gallery.
Unos meses después recibe una
invitación del Consejo Nacional de las Artes Plásticas de Cuba (CNAP) y
del MInisterio de Cultura para exponer en La Habana después de siete
años desvinculado del arte cubano. Viaja entonces a La Habana donde se
instalará una temporada para trabajar en la nueva obra. Gustavo trabaja
intensamente, nervioso y cuidadosamente, pues se trataba de la muestra
más importante realizada hasta el momento. “La muchedumbre de los
marcados o la sed de los que no quieren ver” será el título de la
exposición que mostrará a su país la obra más reciente del artista. Díaz
Sosa renace exitosamente en La Habana. Se reencuentra con viejos amigos
y profesores de la Academia. Curiosamente descubre que haber sido
aceptado en el Instituto Superior de Arte (ISA) habría sido una
maldición, pues no iban bien las cosas por ahí desde entonces.
En junio de 2011 regresa a Madrid habiendo cosechado en Cuba un gran éxito.
Inaugura en septiembre en la
galería Honfleur de EEUU y participa nuevamente en las principales
ferias de Alemania y de Austria. También está presente en Arte-Lisboa y
ST-Art Estrasburgo, con la Galería Anquin´s.
Inaugura en octubre del propio año la muestra Altrimenti para Spazio 6 de Verona, Italia.
En diciembre alquila una nave
en la Sierra Norte de Madrid. Instala su nuevo estudio y comienza a
trabajar más inspirado que nunca. Realiza muchas obras nuevas y sobre
todo trabaja en esculturas.
En febrero de 2012 inaugura
"Purgatorio" para la galería BAT-Alberto Cornejo de Madrid. La
exposición fue un gran éxito. Gustavo vive uno de sus mejores momentos
después de su exposición en La Habana y ahora en Madrid. Conoce en
persona a los coleccionista Emilio Ochoa y Laura Cañigueral quienes
adquieren más obras del artista durante este año.
Expone en abril de 2012 en la galería Alba Cabrera su obra más reciente.
En junio de 2012 viaja con Ana a
El Magreb, Norte de África, con la intención de desarrollar Sur la
Route - Art Project, un proyecto de creación artística que consiste en
realizar insitu obras inspiradas en el viaje. Ana Gutiérrez documenta
todo el proceso. Recorren casi 4.000 km por Marreucos y Sáhara
Occidental. Regresan a Madrid con intenciones de volver pronto a África.
Honfleur Gallery de USA se muestra interesado en patrocinar y colaborar con el proyecto Sur la Route.
En 2012 presenta su obra en diferentes ferias de artes de Londres, Alemania, Italia, Austria, EEUU y Suiza
2013 La Catarsis:
Época de rotunda crisis
económica en el mundo. Los artistas jóvenes son muy afectados. Gustavo
aún consigue vivir de su obra. Le proponen nuevas exposiciones y
proyectos los cuales intenta cumplir con éxitos. Pocas ventas y mucha
inversión.
Por vez primera participa en
algunas ferias en las que no consigue vender su obra, sin embargo es
bien aclamado y respaldado por la crítica artística.
En mayo inaugura la exposición "El golpe moral registrado", en la galería Victor Lope de Barcelona.
En noviembre inaugura "Huérfanos de Babel en BAT-Alberto Cornejo.
Actualizado Junio de 2014